domingo, 22 de septiembre de 2019

Poemas Lonccos



EL GAÑÁN

¡Ya se ha muerto el Gañán!,
se quedó solo el patrón,
se quedó sola la yunta,
se quedó solo el canchón.

Ya no habrá quien madrugue;
está balando la yunta ,
no le trayen su tercio de chala,
no le trayen su ración.

No viene el caminar lento,
ese obligado tormento
se está muriendo de pena,
cómo extraña a su aijón.

Se van a secar las coyundas,
se va a rajar ese yugo;
cómo se oxidará ese apero
cómo se resecará el barsón

Nadie consuela a la yunta,
no se levanta del suelo,
está perdiendo el resuello
de tanto mirar al pantión.

Quién hará ese barbecho,
ni ese surqueo derecho;
cómo harán ese melgueo,
quién recibira la ración.

Quién ordenará ese muyuri,
quién las chullas sacará;
no desensurainarán la ambona,
se acabó el mejor peón.

Se acabó el loncco huesudo,
el loncco de duros callos;
aquél que doblegó la tierra
hoy descansa en el pantión.

SALUDO LONCCO


Desde un bello rincón arequipeño,
he veni'u invita'u por la curiosidad
para saludarte Blanca Ciudad
en vísperas de tu cumpleaños.
Mi sombrero gasta'u y terno de paño
lo he ccapicha'u en mi vieja barrica;
como soy Loncco que no se achica,
engomina'u y con mi mejor traje,
he veni'u a rendirte mi homenaje;
a tirar prosa en tu día, Arequipa.


Ensillé mi mejor caballo de paso
al primer repique de la campana,
un ccachi de tosta'u de mi ancana;
mi quipo lleno pa' gozar a todo lazo
y la guitarra pa' empeñarla por un caso;
aunque no haya entrada de ccapo,
tomaré diana con el mejor huacto;
estaré en la "joroba", "jorobita" y "jorobete",
y, si puedo aguantar, en el "andá y volvete";
porque soy un Loncco Arequipeño nato.


También te he traido una ceronada
de mis más mejores "lonccos versos",
guardarlos en mis arqueados tercios;
desgranados con mi modesta tonada,
dedicártelos quiero a ti, tierra amada;
tomar con nuestro Misti caballero
la chicha con el Tuturuto pendenciero;
cantar con Melgar y los Cerpa y Llosa,
una flor de texao pa' la chica más hermosa,
y, para ustedes, el corazón de este Loncco Chacarero.


EL YARAVÍ


¿Por qué te están olvidando, Yaraví?
Te parió la pena, te parió el celo,
en la luna llena o en algún desvelo;
¡no mueras!, vive, masqueseya por mí.

Naciste en la esquina di'una chichería,
en las cuerdas tristes di'un madero,
en el quebranto di'un viejo chichero,
al pie di'un fogón di'una noche fría.

Inspiración loncca hecha lamento,
el tormento di'un corazón que suena,
el semblante triste de una pampeña,
decima o cuarteta carajiando el llanto.

Versos que cantan sollozos di'una pasión,
en las ccoccas rejas di'una mujer amada,
reclaman beso, una caricia, una mirada,
como plegaria di'un cariño en prisión.

Lágrimas enjugadas en tiznada ramada,
dentro la humareda di'un fondo de chicha,
con fuerte anizado buscando la dicha,
gorgojeando el Loncco y la triste guitarra.




El “Guandumbas”

Mamitay”… boto el “mote”…?
“Ya’ha” “llegáu” el panadero;
-”Ahurita” te agarro del “cogote”,
“cosa-cuchi”;, “bandiu”, “marr
-¡”ullero”.

-Sólo como “tostáu” y “lacayote”,
como si yo “juera” picantero.
-Si de “guano” “pareéis” un “bote”,
“guandumbas”, “ccariche”, “huarocllero”

-Ay… “atrévete” “nomá” “rebusnar”,
te degüello, como lo estáis oyendo,
¡”Josús” y la “Santisma Trenidá”!


Mama Chomba

A lo lejos de mi valle abajo
se escucha cantar a los sauces mayores
con experiencias de arrieros recordando,
las cotejadas a las flores mecidas
en las ramas de sus brazos
al compás de esa guitarra chimbanguera.


El sudor de la sangre de los soldados
del general Salavirdi y del tata Santacruz,
viven en la “odia” de mi tierra.


Se “Jüe” tras de mi “Tata”

iDrolooommm…drolóooommm…
dos clamores sonaron,
allá en el campanario
de mi puebtito solitario;
dos clamores llorones
que me “ccajllaron” l’alma,
habia muerto mi “mama”,
la más guapa de las “mamas”.

Y yo “ccollupeando” mi dolor,
pu’el surco de la vida,
y con mi lampa dolorida
voy cambiando el “boquerón”;
porque tengo llanto de “paccha”
con mi “qquepi” de martirios,
porque soy “lloclla” de lamentos
con mi “pactuy”de suspiros.

Y con: mi llanto chacarero
de “loncco” sentimiento,
voy regando los andenes
y “pallapando” aquellos besos;
besos que me dio mi “mama”
cuando yo era pequeño,
cuando yo era su guagua


La lecherita

Lecherita, lecherita que te váis

pa la ciudá,

si el «ccala » te piropeya ,

lecherita no lo oigáis.

Los piropos de los «ccalas »

tienen un veneno tal

que si se mete en el alma ya

no guelve a salir más.

Vo sois una chica guena y él

sabe dios que querra

por algo corre a tí guapa pa

decirte algo al pasar …

Dale la guelta a tu burra

lecherita , y camina sin

escuchar

los piropos de «ccala» de la

ciudá.

LA RAMADITA


Ramadita de la Picantería de antaño,
paja y chamiza en la torcida horqueta;
fuertes vigas amarradas con reata,
pendón rojo, chombas y humareda.


Rincón donde el loncco acorrucado,
masticaba el rocoto más picante;
tomaba chicha y buen aguardiente,
mientras la triste guitarra lloraba.


Ramadita en una tarde helada,
calentando con tu cconcha de leña
con cazuelas, ollas, batán y chaqquena
y los cotutos esperando la chactada.


Te tragaron los güisgües moscardones,
el progreso te convirtió en ceniza;
te raimaron del bello paisaje
por pijes lugares y salones con encaje.


Ya no atiende la maillana de trenzas,
de blusa y pollera con bobos;
ya no hay seisuna pa’ sernir la chicha
ni la tocpina y la seisuna en la cconcha.


Se olvidaron de las auchas y del ccauchi
de los “bragues” y la boga frita;
el hiro de zapallo y la timpusca
de jayari y el llatan, occote y mote.


Cómo ti’an olvidado, mi vieja ramadita,
se está apolillando el cerón de tus recuerdos
guardados en el rincón del raccay,
hasta que el rescoldo de los años la consuma.

LA CCONCHA


Siempre la quija del Loncco
en tres tiznadas piedras moría,
era la cconcha que en la chacra
en ceniza las huacacaras volvía;
eran las tres piedras acaloradas
calientes del rescoldo guardado,
un pedazo de charqui chancca'u
en la piedra a la presa la doraba;
boca'u que hacía qquetimbiar
con un mordiscón di'una cebolla,
un vaso chicha husma o sayana
sacaba el qquechuro con sudor;
luego la olleta con agua y vapor
agotaba el aderezo de ajo y sal
con la carne de res del camal,
pa' hacer el chaqque de nabos;
papas del vecino llauqquiadas,
bien chanccadas en el batán,
con un choclo verde ccahuiu
y patasca del buen trigo remoja'u;
tripas y cecina pa' espesar el río,
verdura ccachida, una taja zapallo;
también ají colora'u pa' dar color;
chicharrones pa' mejorar el sabor,
en la ancana un ccachi de tosta'u;
el Loncco se quedaba esponja'u
al pie de la cconcha qui'an olvida'u.

LAS PALOMAS


Cómo juegan las palomas,
cómo revolotean por la plaza;
desesperadas buscan su alimento.
por el hambre les dan caza.
Qué ingenuas son las palomas;
que alegran la plaza de las armas.
Fueron pichones del campanario,
de los vitrales, del rosario,
de las palmeras, del Tuturutu;
de la piedra granito que está de luto,
y de Arequipa en su aniversario.


Inocentes palomas de la Catedral,
hagan que el viento las lleve alto;
huyan del humo, del asfalto,
del que les quiere hacer mal,
lleven su “currucucú” hasta el trigal.
A los portales dejen de blanquear,
el humo siempre les va a ganar.
Están flacas porque no tienen pago,
el insípido maicillo en vez de trigo;
las quieren como adorno, pero sin ganar.


Huyan muy lejos, cambien de lugar,
los huertos esperándolas están,
en el campo, las semillas buscarán.
Vuelvan sólo para pasear,
vuelen que se van a enfermar.
Es Patrimonio la humanidad
sólo quieren la belleza de la ciudad,
y ustedes sólo buscan caridad.
El niño que las quiere es pobre,
el Alcalde, no gasta ni un cobre,
¡huyan!, ¡huyan!, ¡aléjense de la ciudad!

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